Escucha. ¿La escuchas? La música está a tu alrededor todo el tiempo. Las bocinas de los coches. El chirrido de la puerta de casa. El ladrido del perro del vecino. El crujido de tu comida en la boca. La cadencia de cada conversación.

¿Sueles empujar al cantar? ¿Sientes la tensión en cada parte de tu cuerpo cuando entras en escena?

Es normal teniendo en cuenta que el acto de cantar no es algo natural para nuestra laringe.

Practicar los Riffs despacio puede ser aburrido. Si estás empezando, tus Riffs estarán muy lejos de la velocidad de Stevie Wonder.

Tu voz no sólo trabaja cuando cantas, si no también cuando hablas.

Es por eso que debes cuidarla en cualquiera de las dos situaciones en la que la estés usando.

La práctica hace la perfección, pero también puede volverte loco. Hay tantos elementos técnicos, estilísticos y musicales en los que centrarse que no siempre es fácil saber qué hacer a continuación.